Suruç y la frontera con Kobanê Imprimir
Brigada Kurdistan
30/09/2014

Durante la brigada de Komite Internazionalistak en Kurdistán hemos tenido la oportunidad de acercarnos a Suruç, un pueblo de alrededor de 50.000 habitantes, situado a pocos kilómetros de la frontera que divide el Kurdistan Norte (bajo administración turca) y Rojava o  Kurdistan Oeste (parte siria). Esta parte de Rojava ha proclamado una autonomía de facto y se encuentra organizada en 3 cantones (Effrin, Kobanê y Cizire) que llevan tiempo haciendo frente al acoso de diversos grupos islamistas como Al-Nusra o el Estado Islámico (IS). Desde hace ya varias semanas, la situación que se vive en la frontera entre el Kurdistán norte ocupado por Turquía y el cantón  de Kobanê de Rojava escrítica debido a los constantes ataques militares que está perpetrando en esta zona el Estado Islámico (EI) con el apoyo económico y militar de Turquía y otras potencias como EEUU, Arabia Saudí y Qatar. Hace tiempo que pueblo de Rojava ha organizado sus propias organizaciones de autodefensa armadas mixtas (YPG) y de mujeres (YPJ) que son quienes están defendiendo esta tierra a sangre y fuego contra la cruel herramienta de combate del imperialismo en el que se ha convertido el IS.

Ante el ataque indiscriminado del IS, las fuerzas de autodefensa de Rojava decidieron desalojar poblaciones enteras de la región para evitar muertes en el campo de combate y favorecer los movimientos de las YPG e YPJ. El avance del IS durante las últimas semanas ha provocado una crisis humanitaria en la región con decenas de miles de refugiadas y refugiados que tratan de cruzar la frontera huyendo de los ataques islamistas. Por otra parte, personas de todo el Kurdistan Norte están movilizándose y acudiendo a la frontera a engrosar las filas de los diferentes cuerpos de autodefensa kurdos y para prestar ayuda allí donde sea necesario. Y por otro lado, hay gente de Kobanê que está volviendo a su casa a defender su tierra. Este doble tránsito está provocando una gran concentración de personas en ambos lados de la frontera.

El gobierno turco por su lado, en su estrategia de eliminación del pueblo kurdo no sólo mantiene cerradas las fronteras dificultando tanto el paso de personas refugiadas hacia el Kurdistan Norte, como de personas hacia Kobanê que tratan de unirse y combatir junto al YPG e YPJ, sino que además, colabora con el IS, permitiendo la entrada de material bélico y combatientes que se unen al frente del IS, y prestando además asistencia en suel turco a los heridos del IS.

Tal y como pudimos comprobar de primera mano, la situación en la frontera es de gran tensión. A medida que nos acercábamos a Suruç se advertía cada vez una mayor presencia policial y militar. A escasos kilómetros de la entrada al pueblo un control militar impedía la entrada a internacionales, de modo que nos vimos obligados a acceder por un camino agrario. El centro de Suruç se encontraba totalmente tomado por el ejército y por gran número de antidisturbios con tanquetas, carros de combate etc. Desde Suruç nos llevaron a la frontera que se encuentra a unos kilómetros del pueblo. Antes de llegar, otro control militar nos advirtió de que si continuábamos avanzando partir de ese punto sería bajo nuestra entera responsabilidad y riesgo.

Al llegar a la frontera, vimos cómo aunque ésta se encontraba cerrada, había cientos de personas presionando e intentando que permitiesen el paso de personas mayores, mujeres y niños/as y hombres que esperaban el permiso de los militares para entrar en Kobanê. Finalmente vimos como les permitían el paso con cuentagotas tratándoles como ganado.

A medida que pasaba el tiempo iban llegando coches y autobuses llenos de gente que venía a apoyar a sus hermanos y hermanas de Rojava en sus lucha contra el IS, tanto personas anónimas como organizaciones como el sindicato de educación Egitim-Sen y diferentes autoridades kurdas que trataban de negociar con los militares que custodiaban el paso fronterizo. Los aplausos y gritos de apoyo a Kobanê y las fuerzas de autodefensa ponían nerviosos a los militares apostados en la frontera, pronto se acercaron numerosas unidades armadas del ejército (tanquetas y unidades de ataque) y un despliegue policial importante que tensionó la situación.

De vuelta a Suruç, ante la imposibilidad de volver por donde habíamos accedido fuimos por otro camino paralelo a la valla fronteriza. Desde la furgoneta pudimos observar el drama que viven cientos de personas que esperan con sus pertenencias y animales al otro lado de la alambrada. La Media Luna Roja trata de darles agua a través de los alambres ya que, debido a las altas temperaturas y falta de alimento y agua están en riesgo de deshidratación.  La enorme presencia militar y policial del gobierno turco que obstaculiza la prestación de la ayuda más básica a las personas refugiadas de Rojava nos impide detenernos en el lugar.

De regreso a Amed nos invade un sentimiento de impotencia al ver la gran injusticia que el estado turco y la comunidad internacional están cometiendo contra el pueblo kurdo y en especial contra Rojava.

Biji Berxwedana Kobanê!

Biji Berxwedana Rojava!

Biji Berxwedana YPG/YPJ!