Globalicemos la lucha de la mujer indigena y campesina |
26/08/2008 | |
Nuestro primer encuentro con organizaciones campesinas fue con las CONAMURI, coordinadora de mujeres trabajadoras del campo e indígenas. Allá nos plantamos en su sede en Asunción y nos encontramos con Ramona, Hilary, Isis, Alicia, Perla, Maria, Vicente y alguna más que no recuerdo. Dirigentes campesinas de diferentes departamentos de Paraguay.
Empezamos contándoles el motivo de nuestro viaje y también un poco de que es Komite Internazionalistak. Luego ellas pasaron a explicar que es CONAMURI. Para comenzar nos dijeron que todas ellas se expresaban mejor en guaraní. Nosotros agradecimos el esfuerzo que hacían al hacerlo en castellano y que si querían expresarse en su lengua natal, ya haríamos para entender. CONAMURI empezó a funcionar hace 8 años, en 1999 y se definen como una coordinación de organizaciones cuya finalidad es la lucha contra la explotación y la discriminación de la mujer en el campo y contra las injusticias que crea el capitalismo. Se definen socialistas pero que en su seno se albergan sensibilidades de todo el espectro político. Provienen todas ellas de organizaciones campesinas mixtas, pero en su tiempo vieron que era necesario la creación de esta coordinación de mujeres por que había espacios dentro de sus organizaciones donde la mujer no tenía acceso, donde no se le permitía llegar. CONAMURI dispone de una dirección nacional de la cual dependen 9 secretarías (secretaría de relaciones, de organización, de finanzas, de medio ambiente, de actas y documentación, de prensa y propaganda, de educación, de salud, y de juventud), en cada departamento disponen de coordinadoras departamentales de mujeres a partir de las cuales se organizan en los comités de base. Cada 2 años organizan un congreso nacional en el que se debaten temas estructurales de la organización. Seguimos charlando sobre la situación de la mujer en el campo. Hilaria, mujer indígena del Chaco, incidió especialmente sobre la discriminación de la mujer indígena, mujeres que no tienen acceso ninguno a la educación y a la sanidad, ejerciendo sobre ellas una triple discriminación como mujer, campesina e indígena. Nos indicaba que hay que hacer un especial esfuerzo en torno a estos dos temas, la educación y la sanidad por que son los que más incidencia tienen en la situación de discriminación de la mujer indígena. Allá en la región occidental del Chaco la educación está totalmente en manos de la iglesia católica y los menonitas, impidiendo el acceso a las mujeres indígenas por que “ese no es su sitio”. A este respecto, la población indígena no tiene acceso a la atención médica en los hospitales y centros de salud convencionales, cuando acuden de urgencia les recuerdan (con actitudes de desprecio) que no pueden ser atendidas/os allí y que deben acudir al hospital indígena. En todo Paraguay sólo hay un hospital indígena cerca de Asunción, por lo que la población indígena alejada de este centro no tiene acceso alguno a la atención médica. Actualmente existe una Ley de educación indígena, pero todavía se está trabajando en la reglamentación. Tienen especial esperanza en el gobierno de Lugo y en la mujer que han situado al frente del ministerio para asuntos indígenas, Margarita Mbywangi, paradójicamente es la primera vez que sitúan a una persona indígena al frente de este ministerio. Como ejemplo de la situación de la mujer en la sociedad paraguaya nos contaban de sus problemas para realizar cualquier trámite por el echo de ser mujer y de expresarse en guaraní, como al abrir la cuenta de banco de CONAMURI, que tuvieron que esperar días y días y solo cuando llamaron de la agencia de cooperación con la que estaban tratando les dieron la cuenta. Otro de los temas sobre el que estuvimos hablando es el del aborto y la difícil situación que tienen las mujeres aquí para practicarlo. Por ley esta penado y esto crea una situación de “clandestinidad” que se traduce en condiciones precarias de realización de abortos que acaban con muchas vidas de mujeres (calculan que mueren unas 6 mujeres a la semana por abortos realizados en condiciones precarias) y cuando acuden a los sistemas de salud para recuperarse son denunciadas y vejadas por lo que han realizado. Esta situación es especialmente grave para las mujeres más pobres, que no tienen ningún recurso para acudir a las clínicas privadas que se llenan de mujeres con recursos. En la pasada legislatura se presentó un proyecto de ley del aborto bastante suave, pero que la Iglesia se encargó de tumbar en la calle con la convocatoria de manifestaciones, protestas y todo tipo de presiones mediáticas. En la actualidad esta ley está aparcada pero tienen esperanzas de que se ponga otra vez encima de la mesa, porque una de sus principales impulsoras, la senadora Gloria Rubín en la actualidad ha sido nombrada Ministra de la mujer. Pasamos después a hablar de los trabajos que llevan a cabo, centrándonos sobre todo en la parte de la capacitación. Perla nos contó el trabajo que están llevando a cabo para la creación de su propia “Escuela política” donde formen a las mujeres campesinas e indígenas en tres ejes principalmente, uno primero de formación general en filosofía e historia de los pueblos indígenas, de las luchas de las mujeres. Un segundo eje de género y por último un eje de educación popular que nos confiesan, que está todavía un poco “verde”. Este proyecto a dos años que están llevando a cabo gracias a la financiación de la cooperación sueca, tiene una primera etapa de formación de 10 capacitadoras a través de agentes exteriores pero también teniendo en cuenta los saberes de cada una de ellas. Estas mujeres, que han sido escogidas representando a diferentes sectores y departamentos, tienen la misión de ir haciendo replicas de esta formación recibida en cada uno de sus departamentos. La organización de estos departamentos impulsa esta capacitación eligiendo a representantes de algunas comunidades, haciendo evaluaciones y un seguimiento… Y por último estas mujeres tienen que repetir la formación en cada comunidad. Saben que es un trabajo largo, con muchos tipos de dificultades, por ejemplo la práctica analfabetización total de muchas mujeres o las realidades diferentes en los departamentos y comunidades, algunas indígenas otras no… pero ya han empezado a percibir en algunas reuniones conjuntas con otros movimientos el fruto de esta formación. Perla, responsable de este proyecto, esta muy ilusionada con ello. Después de casi dos horas de conversación ya pasamos a comentar cosas de la actualidad paraguaya y como esta percibiendo la sociedad paraguaya el cambio de gobierno. Nos contaron que no tienen demasiada esperanza en que el cambio de gobierno suponga un cambio real en la forma de cómo se hacen las cosas desde la política paraguaya, aunque si que es un paso hacia la posibilidad de que la sociedad paraguaya despierte y se organice poco a poco. Ellas van a seguir en su lucha contra la explotación de las mujeres y no se preocupan demasiado de cómo vayan las cosas en esta “real politik”. Sí que están participando en algunas de las iniciativas que se ahora están naciendo como el Frente Social y Popular. Este Frente es una coordinación de movimientos y personas que pertenecen a partidos políticos que trata de formar esa base social de izquierdas de la que ahora carece Fernando Lugo. Se articula en torno a 14 mesas sectoriales (como mujer, campesinado…) y tratan de ser una fuente de ideas y propuestas para que el gobierno de Fernando Lugo tenga donde reflejarse. Acabamos hablando también del guaraní, de su situación de discriminación frente al castellano, esta es otra de sus luchas: impulsar el uso del guaraní en todas las actividades cotidianas, pues a pesar de ser una lengua oficial, su uso especialmente en el ámbito urbano sigue siendo minusvalorado frente al castellano. Nos contó Perla que ha viajado a varios lugares con lenguas minoritarias, entre ellos Euska Herria para conocer la situación de estas lenguas allá y ver que cosas se pueden poner aquí en marcha para la recuperación del guaraní. En EH estuvo con la gente del Bai Euskarai pero nos dijo que le encantaría seguir en contacto con otras organizaciones menos institucionales para ver como desde las organizaciones sociales se puede trabajar este tema. Y como tampoco queríamos ser demasiado pesados nos fuimos con un sabor de que estas mujeres tienen por delante una lucha enorme, pero que tienen dignidad y el sentido de la justicia para regalar. Vamos a seguir en contacto con ellas y aprendiendo de sus luchas. Intentaremos participar de alguna de sus sesiones de formación aquí en Asunción pero también en otros lugares de la geografía Paraguaya.
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