G-8: ¿Descentralización o Centralización? Imprimir
12/07/2009
[Lorea Loroño / Aitor Garagarza*] Roma 8 de julio de 2009 seis de la tarde en Piazza della Repubblica, una manifestación, dos grupos, uno la da por terminada, otro pequeño e impulsivo se dirige a Termini, la estación inmensa de autobuses y trenes de Roma, campo perfecto para la policía que tiene rodeada toda la zona, donde se producen dos detenciones mientras dos helicópteros vigilan bien la jugada por el aire.

La trayectoria histórica de lucha en  Roma se ve latente en los cerca de 30 centros sociales que hay repartidos por toda la ciudad, aquí se mueven muchas personas con sendas reflexiones y acciones consecuentes y actividades arraigadas a su entorno. Después del cambio de sede oportunista de Silvio para el G8 de Sardinia a L’Aquila el movimiento anticapitalista Italiano que no pasa por sus mejores momentos, pero; ¿En que país Europeo si?, decide unir sus fuerzas para realizar pequeñas actividades descentralizadas y muy locales, pensadas para la población Italiana sin poner mucho hincapié en un llamamiento internacional para acudir a la contra cumbre.
 
Un reflejo de las acciones locales lo pudimos ver el día 9 en la CIE, Centro de Internamiento de Extranjeros, lo que se podríamos denominar como la cárcel racista para las personas que ante la ley no son legales, donde la afluencia de personas ese día fue escasa y poco diversificada, ya que la mayoría de las personas que estábamos allí, éramos europeas y jóvenes, la representación de migrantes era pequeña, esto se puede deber a la fuerte represión que se sufre en el país, la cual, está teniendo una trayectoria más cruel y endurecida de lo que  ya es. Fue una pena que no acudiese más gente, ya que la propuesta de hacerlo en un sitio como ese,  donde se ve claramente la realidad de este sistema de mano de hierro guante de seda, era muy buena y no tubo toda la participación que hubiese cabido esperar, eso sí, por miedo a que fuéramos muchas personas se aseguraron de llevar a las tropas de asalto y colocarse estratégicamente en todas las salidas de la carretera, afortunadamente nos quedaban las vías del tren.
 
Mientras estábamos en la concentración que se hizo en el CIE, tuvimos la oportunidad de hablar de la manifestación nacional convocada el 10 de Julio en L’Aquila. En un principio teníamos intención de ir, pero después de escuchar diversas opiniones durante toda la semana y reflexionar sobre el tema nos vimos obligadas a renunciar, y no asistir a la manifestación por la reconstrucción social en el área devastada por el terremoto el pasado abril. Desde que comenzaran las asambleas de preparación de la contra cumbre, se generaron diferencias de método y de actuación entre diversos grupos sociales y el propio movimiento antiglobalización de L’Aquila. Estos últimos, quienes están haciendo una gran labor de reconstrucción fuera de los parámetros especulativos que suelen suceder en estos casos, no veían que se diesen las condiciones adecuadas para poder realizar una manifestación a nivel nacional, con lo que puede suponer reunir a tanta gente  muy cansada, con lo que podría por una parte debilitar el movimiento, por la otra crear más caos en el propio territorio y a su vez crear más malestar entre la gente al entrar en el juego Berlusconi. No se puede llegar a un lugar y no respetar las conclusiones a las que se han llegado tras largas asambleas y un alto conocimiento del contexto que están viviendo. Seguramente si el contexto sería diferente no se hubiesen opuesto. Sea como fuera el resultado, fue una manifestación tranquila no muy extensa y marco perfecto de sindicatos  y partidos políticos revisionistas para la foto de archivo.
 
Hoy el mundo parece estar sumido en una decadencia económica, ecológica, alimenticia, energética, social y cultural, todo esto visualizado en una debilitada izquierda que no somos capaces de aprovechar los puntos de inflexión del capitalismo para cambiar el curso social, económico, político y cultural. Con esto queremos trasmitir las preguntas que nos hemos formulado estos días. Hasta que punto hoy en día tiene sentido venir a un G8,  cuando es un asunto global que podría ser respondido a nivel local en cada una de las ciudades o pueblos del mundo haciendo frente cada quien con sus propias herramientas de lucha en su tierra o ¿Porque no seguir respondiendo conjuntamente, acumulando fuerzas visualizando nuestro rechazo en un mismo lugar, y crear las condiciones para ello?
 
* Esta cronica nace humildemente de pensamientos, experiencias, discusiones nos ha generado la estancia en Roma durante la semana del 7 al 11 de Julio de 2009 y el compartir del día día de muchas personas que han hecho posible que el G8 a su paso por L`Aquila no pase desapercibido. Aitor Garagarza (militante de Komite internazionalistak) y  Lorea Loroño