Generación de esperanza Inprimatu
2015/08/24

Ayer 18 de agosto visitamos dos jóvenes acampamentos de la región de Cantuquiriguaçu, cerca de Laranjeiras: Herdeiros da luta do Primeiro de Maio (1 año de ocupación) y Tomás Balduino (2 meses).

En ellos viven acampadas una media de 1 500 familias. Hablamos de esperanza ya que el Colectivo de Juventud del movimiento fue el motor de la ocupación. La mayoría de estos jóvenes son hijos de asentados de los alrededores. Estos nuevos acampamentos, junto con los asentamientos, han ocupado ya casi la totalidad de las tierras de la empresa maderera ARAUPEL.

Es una lucha histórica que comenzó en 1996 con el acampamento Buraco (agujero), el mayor de la historia del movimiento (3 000 familias), retratado por el prestigioso fotógrafo brasileño Sebastião Salgado, simpatizante del MST.

 

Valiéndose de la Reforma Agraria, el MST ambiciona producir alimentos para conquistar la soberanía alimentaria. La actividad de ARAUPEL es totalmente opuesta a este propósito. La empresa maderera acabó con la biodiversidad del entorno para producir pino y eucalipto para exportación. Não comemos pinus refogado (“no comemos pino rehogado”) es una frase que se puede leer en muchos barracos de estos acampamentos.

 

 

Hemos encontrado la fuerza que echábamos en falta en algunos asentamientos donde la gente, al conseguir su lote, ha rebajado su nivel de motivación para la lucha.

El Colectivo de Jóvenes de Tomás Balduíno nos ha contado con orgullo como en una semana construyeron la escuela, y tras apenas dos meses de acampamento, ya está en funcionamiento, así como todos los sectores (producción, comunicación, salud…).

Estos jóvenes han entendido muy bien la importancia de la comunicación. Divulgan sus proyectos en radios locales, en la red, etc. como mejor contrapunto a la ofensiva de los medios, dedicados a difamar a los sin tierra, calificándolos de vagos, violentos y criminales.

Parece que el futuro del movimiento está en muy buenas manos.