UHintifada 437: Jaldia Abubakra: «Es admirable la resistencia de la gente de Gaza que, pese a carecer de lo más básico y vivir en una cárcel al aire libre, continúan intentando tener una vida digna de ser vivida» Imprimir
04/10/2022

UH437En la edición de esta semana ponemos el foco de atención en la situación de Gaza después de que el pasado mes de agosto el ejército de ocupación israelí lanzara contra la franja costera palestina un nuevo ataque que se cobro la vida de más de 50 personas. En esta ocasión será la activista palestina Jaldia Abubakra quien traiga a los micrófonos de Uhintifada la crónica de actualidad de la región costera palestina. Abubakra es miembro de la diáspora palestina, originaria de Gaza, donde nació en el seno de una familia refugiada de Beerseba, en los territorios ocupados en el 48, y cofundadora e impulsora de la iniciativa Masar Badil (Movimiento por la Ruta Revolucionaria Alternativa Palestina). Este verano ha tenido la oportunidad de visitar, después de varios años, su Gaza natal y nos da cuenta de la situación que allí se vive. En su intervención nos habla de las peripecias del acceso a la franja desde la frontera con Egipto, algo especialmente difícil para personas palestinas de la diáspora o activistas pro-palestinos. Ese bloqueo, que se prolonga desde hace más de 16 años, se aplica al acceso de personas y materiales de primera necesidad; pero también a la salida de gazatíes que, por ejemplo, necesitan acceder a un tratamiento médico. Llama la atención sobre la capacidad de resistencia de la gente de Gaza que, a pesar de carecer de las necesidades más básicas como consecuencia del bloqueo, siguen conservando las ganas de vivir; pero advierte también de que la situación que vive especialmente la población más joven sin ningún recurso es insostenible, llegando incluso a la huída o al suicidio. Nos habla también del impacto del bloqueo sobre la depauperada economía de la franja, ya que no se puede dar salida a los productos, y de los ataques directos contra los campesinos y pescadores. A esto hay que sumarle la imposibilidad de acceso al agua potable, a la energía eléctrica y las elevadas tasas de enfermedades crónicas como el cáncer, ocasionadas por el contacto con productos tóxicos lanzados por Israel en sus ataques. Nos habla también de la división geográfica, administrativa y política entre la franja de Gaza y Cisjordania, y de cómo Israel alimenta esa división. Considera que Fatah ha caído en la trampa de aceptar una autoridad tutelada por la ocupación y actúa al servicio de la fuerza ocupante atacando a la resistencia legítima. Pone en duda la legitimidad de la Autoridad Palestina no solo por la ausencia de un proceso democrático que la respalde, sino también por la falta de representación de la población refugiada y de la diáspora.
Por otro lado, nos da cuenta del movimiento Masar Badil, que coordina a la población palestina de la diáspora con la de los territorios ocupados en torno a una ruta alternativa revolucionaria. Este mes de octubre se cumple un año de la puesta en marcha de esta iniciativa y lo celebrarán con un nutrido programa de actividades en Bruselas.