UHintifada 444: Agus Gorbea: «Antes de viajar a Palestina como brigadista tenía información, pero hasta que lo vi no me imaginaba que pudiera existir tanta maldad y tanta impunidad» Imprimir
12/12/2022

UH-444Coincidiendo con las fechas otoñales se lleva a cabo anualmente en Palestina la campaña de la cosecha de la aceituna. Esta labor ancestral, principal fuente de sustento para miles de familias, se ha convertido en las últimas décadas en una actividad de riesgo por el acoso constante de las hordas de colonos incontrolados que dirigen sus ataques contra las agricultoras palestinas durante la cosecha. Es por ello que las campesinas palestinas llevan años llamando a la solidaridad de las activistas internacionalistas que puedan acudir a arroparles con su presencia en esta tarea tan expuesta. Unadikum es una de las organizaciones que acude a este llamamiento organizando brigadas internacionalistas que, además de acompañar a las campesinas en la recolecta de la oliva, realizan un tour político recogiendo testimonios de la situación en Palestina bajo ocupación. Charlamos en la edición de esta semana con Agus Gorbea, militante de Ongi Etorri Errefuxiatuak e integrante de una de estas brigadas que viajó a Palestina el pasado mes de octubre.
Gorbea nos explica en su intervención que alrededor de 100.000 familias viven de la aceituna en Cisjordania, pero que los colonos sionistas impiden con sus agresiones la cosecha. En concreto, en los primeros 10 días de octubre se registraron más de 100 ataques de colonos a agricultoras. Nos cuenta que mientras el régimen sionista califica de antisemitas a las activistas solidarias con Palestina, en la campaña de la oliva hay también activistas judíos que acompañan a las campesinas palestinas. Explica que durante su viaje participaron también en varias manifestaciones de protesta contra la ocupación, y tuvieron contactos con organizaciones políticas y sociales palestinas.
Uno de los objetivos del recorrido fue Nablus, que en los últimos meses se ha convertido en un importante foco de enfrentamiento con las fuerzas de ocupación, tras la conformación de un nuevo grupo armado de resistencia sin relación con las facciones políticas tradicionales, los Guardianes de la Guarida del León. Relata las incursiones nocturnas del ejército de las que fueron testigos. Denuncia que estos grupos de la resistencia están sufriendo la represión no sólo de las fuerzas de la ocupación, sino también de la Autoridad Nacional Palestina. De su experiencia en las manifestaciones en las que participó, nos habla de la tecnología represiva que se emplea en territorio palestino, y denuncia que Palestina es el campo de pruebas de estas tecnologías de guerra que luego se exporta a todo el mundo con la garantía de haber sido probada en combate.
Viajaron también al campo de refugiados de Jenin, otro punto importante de conflicto, donde visitaron el Teatro de la Libertad y el lugar donde en mayo fue ejecutada la periodista palestina Shreen Abu Akleh.
Otro de los objetivos del viaje fue el valle del Jordán, en la zona bajo control militar, otrora vergel de Cisjordania y convertido hoy en un desierto, por el robo de los acuíferos por parte de la fuerza ocupante.
Nos habla de las dificultades de acceso y movilidad por el territorio de Cisjordania, y cómo estas dificultades son aún mayores para la población nativa palestina por la presencia de los check-points. Además, las organizaciones políticas, sociales y humanitarias con las que habitualmente se organizaban estas brigadas han sido declaradas terroristas durante el último año. Finaliza reconociendo que aunque antes del viaje tenía bastante información sobre lo que ocurría en Palestina, hasta que lo vio in situ no se imaginaba que pudiera haber tanta crueldad, tanta maldad, tanta impunidad y tanta resistencia por parte del pueblo palestino.