El pasado miércoles 8 de febrero el Ayuntamiento de Barcelona hacía pública en una comparecencia solemne y por boca de la alcaldesa Ada Colau la suspensión de las relaciones institucionales con Israel y del acuerdo de hermanamiento vigente entre la ciudad condal y Tel Aviv desde hace más de 25 años. La declaración institucional ha sido promovida por la campaña ciudadana "Barcelona amb l’Apartheid NO, Barcelona amb els Drets Humans SÍ" conformada por una red de decenas de organizaciones civiles catalanas. Para analizar este acontecimiento de trascendencia histórica y simbólica charlamos con Salah Jamal, uno de los impulsores de esta iniciativa. Salah Jamal es un escritor palestino originario de la localidad cisjordana de Nablus y afincado en Barcelona desde hace más de 50 años, doctor en medicina y licenciado en historia y geografía en la Universitat de Barcelona, donde actualmente es profesor. Jamal expresa su alegría por la declaración del Ayuntamiento de Barcelona, pese a saber que se trata de una medida simbólica con poca repercusión en el terreno, pero que por la repercusión mundial de la capital catalana, considera de gran importancia. Explica que esta decisión es coherente con la declaración meses antes de Israel como estado de apartheid por parte del Parlament de Catalunya. Relata que tras esta declaración hay una campaña de dos años para la que, entre otras cosas, recabaron más de 5000 firmas en 20 días. Explica que el acuerdo de hermanamiento entre Barcelona, Gaza y Tel Aviv proviene de la época de los acuerdos de Oslo en el 93, y se gestó como una medida para impulsar la creación de un estado palestino, pero a día de hoy ha quedado obsoleto por el sistemático incumplimiento de estos acuerdos por parte de Israel. Considera que estamos ante un cambio ideológico profundo que se está dando en la sociedad catalana, donde las élites políticas han sido tradicionalmente muy afines a la ideología sionista, pero la opinión pública está demostrando su adhesión a la defensa de los derechos humanos en Palestina. En ese sentido, destaca que mientras a las pocas horas de la declaración los medios de la prensa en Catalunya denunciaban mayoritariamente la medida, sin darles derecho a réplica, más de un centenar de personalidades de la cultura suscribían un manifiesto de apoyo, lo que demuestra de qué lado está cada uno. Por su parte, el régimen israelí, a través de su embajada, también ha hecho llegar una enérgica queja y la tradicional acusación de antisemitismo contra Ada Colau. Según Jamal, están que trinan, y ya sólo eso es un motivo de celebración. Tras la entrevista, analizamos también las primeras reacciones, ya sean desde la extrema derecha, acusando a la iniciativa de antisemita, pero también desde medios catalanes, que acusan a Colau de oportunismo y de utilizar la cuestión palestina con fines electoralistas. Incluso si así fuera, eso solo demostraría que un cambio sociológico profundo se está dando, cuando el hecho de denunciar al apartheid israelí es una posición tan popular como para reportar beneficios electorales.
|