Acompañamiento de Ki a la comunidad "mano de dios" (Colombia) Inprimatu
Brigada Colombia
2006/09/06
El asentamiento Mano de Dios es un barrio construido hace año y medio por encima del barrio de Bellavista de Medellín. Anteriormente se ubicaba en otra zona de la ciudad pero, debido a que un incendio ocurrido hace algo más de tres años arrasó unas 650 viviendas con 3.500 habitantes, tuvieron que trasladarse a este nuevo asentamiento. El asentamiento Mano de Dios es un barrio construido hace año y medio por encima del barrio de Bellavista de Medellín. Anteriormente se ubicaba en otra zona de la ciudad pero, debido a que un incendio ocurrido hace algo más de tres años arrasó unas 650 viviendas con 3.500 habitantes, tuvieron que trasladarse a este nuevo asentamiento.
(De acuerdo con los organismos de socorro, la magnitud de los vientos, las dificultades para acceder al lugar de la conflagración y los materiales con que las casas fueron construidas (madera, zinc y cartón), facilitaron la propagación de las llamas.)  La mayoría de la gente de este asentamiento es población desplazada que procede del Chocó, de Urabá, de Angelopolis, de los municipios del Oriente Antioqueño de San Carlos y San Luis y en algunos casos se les unió también población pobre de Medellín que buscaba lograr una mejora de sus condiciones de vida. Para la construcción de este barrio el Estado aportó unos 7.800 millones de pesos, de los cuales unos 4.200 millones se han invertido en la realización de 470 viviendas y los 3.600 millones restantes no se sabe bien donde están, pero se supone que pasaron a manos de los paramilitares y de la empresa constructora. Cada casa tenía prevista una inversión de casi 16 millones de pesos y apenas se han invertida en cada una unos 7 millones. En la construcción de estas casas intervino el presidente de la Junta de Vivienda del barrio Vicente Martínez, quien se encargó de repartir las casas en función de intereses particulares o incluso de favores sexuales. Este individuo dirige la banda de “Los Negros”, dependiente del bloque paramilitar Cacique Nutibara, en teoría desmovilizado hace dos años, pero con la mayoría de sus estructuras de terror en funcionamiento. Con la entrega de las casas empezaron a darse numerosas violaciones de derechos humanos y de terror en el asentamiento: violación de muchachas, asesinato de cuatro jóvenes, intento de asesinato a varios más que tuvieron que huir, robos de viviendas e, incluso, venta de viviendas sin consentimiento de sus dueños,... Ante estos hechos un grupo de personas del barrio decidió hacer frente a estos atropellos y se organizaron para impedir que los mismos siguieran sucediendo y para rebajar los niveles de temor existentes entre la población. Denunciaron algunas de las acciones de los paramilitares y la Fiscalía procedió al encarcelamiento de unos diez de ellos. En este proceso contaron con la ayuda de las organizaciones del Colectivo de Derechos Humanos Semillas de Libertad, CODEHSEL, especialmente de la Asociación Campesina de Antioquia, ACA, y de la Corporación Jurídica Libertad, CJL. Tras pasar algo más de un año en prisión, hace unos días siete de los paracos presos quedaron libres y se unieron a los paramilitares del barrio que no fueron detenidos, lo cual produjo una reactivación de los miedos de la comunidad, ya que desde su encarcelamiento apenas se habían dado situaciones de violencia y, aunque poco a poco, el trabajo comunitario se iba asentando. Es por ello que nos pidieron a la Red Europea de Hermandad y Solidaridad con Colombia que iniciásemos acompañamientos a la gente del barrio y me tocó a mi. Quedé con “D.”, uno de los líderes del barrio en la entrada del mismo y, tras ponerme la camiseta de la Red Europea, iniciamos el recorrido por el barrio. La idea era visibilizar la presencia internacional en el barrio para tranquilizar a la gente y también darles ánimos y para que los paramilitares viesen que los líderes contaban con apoyo internacional. En el recorrido por el barrio visitamos a cerca de 40 familias las cuales nos fueron dando una idea aproximada de la situación del asentamiento, sus problemas y esperanzas. Nos dijeron que, además de la problemática de seguridad y de violación de derechos humanos, existe el problema de la deficiente construcción de las viviendas y la no entrega de las infraestructuras aprobadas: escuela, jardines, parque e iglesia. La mayoría de las viviendas están sin acabar, tienen goteras, el suelo está roto y se están deteriorando con rapidez y la empresa constructora no responde de los daños salvo en contadas ocasiones y por presiones grandes de los pobladores. No les interesa emplear la parte del dinero presupuestado porque ya ha pasado a otras manos. La lucha diaria de estos líderes por intentar solucionar los problemas de las viviendas es mal vista por los paracos ya que cuestiona el uso del dinero hecho por parte de su líder, Vicente Martínez, y porque cuestiona su intento de controlar y amedrentar a la población.  Los líderes tienen puesta una demanda ante la Contraloría para que la empresa constructora utilice el dinero aun no invertido en reparar adecuadamente las viviendas y para que se construyan los servicios e infraestructuras incluidos en el proyecto del barrio que no han querido construir: escuela, parque central, iglesia, jardines infantiles, centro de jóvenes, etc. La contraloría se pronunciara en breve tiempo y se espera sea a favor del barrio. En la mayoría de las familias las personas que están al frente de las mismas son madres solteras, que no reciben ninguna ayuda oficial, y que difícilmente encuentran algún trabajo medianamente remunerado, por lo que tienen que meterse al rebusque en los basureros, buscando los restos de comida de restaurantes o centros comerciales,... Los pocos hombres que trabajan lo hacen en la construcción. Al no existir escuela en el barrio, tienen que gastar bastante dinero para los billetes de bus que les lleve a otras escuelas. Tampoco los jóvenes tienen ningún lugar para reunirse, ni en la calle ni en un local comunal. En nuestras visitas por las casas del barrio observamos el cansancio de la gente ante tantas dificultades por tener una vida digna y nos manifestaban sus dudas ante lo que la llegada de los paramilitares recién excarcelados podía suponer para la gente en cuanto a temor, violación de derechos humanos, tráfico de drogas, robos, etc. A pesar de todo esto la mayoría de la gente manifestaba su reconocimiento al trabajo de los líderes del barrio, por su coraje, honestidad y disponibilidad y mostraban su confianza a que con la ayuda de las organizaciones de Codehsel y las internacionales se pudiese poner a raya a los paramilitares y lograr poner de su parte a la Contraloría y conseguir por fin un barrio más desarrollado y habitable. Los paracos no perdieron detalle de nuestros movimientos y se hacían visibles en las esquinas para “controlar” nuestros movimientos y contactos y para dejar claro que ellos no se iban a rendir fácilmente. Uno de ellos, Jairo Chala, estuvo cerca nuestro observando con quien nos juntábamos, a qué casas entrábamos,... Uno de los casos más sangrantes es la muerte del niño de nueve meses Jason Benitez Pinillo que se ahogó en la casa al día siguiente de su entrega porque la constructora olvidó vaciar y tapar el agua de una pila. La constructora no reconoce su culpa y se está a la espera de juicio. Además, 87 familias se han quedado sin vivienda por las decisiones arbitrarias e interesadas que el jefe de estos paramilitares, Vicente Martínez, llevó a cabo en el momento de entregar las viviendas. Estas familias están también a la espera de que la Contraloría falle a su favor. Cuando llegamos a la casa de “J”, otra líder del asentamiento, pudimos asistir a la segunda reunión del futuro grupo de teatro de jóvenes del barrio. A pesar de no contar con un lugar para reunirse y ensayar y tener que hacerlo en la pequeña casa de “J”, el grupo de “pelaos y “pelaas” que se estaba formando querían darle una oportunidad a la ilusión y a la esperanza de “Que otro barrio era posible”. Aarón que es miembro de la Red Juvenil y colaborador de CODEHSEL, estuvo platicando mucho con ellos y ellas sobre qué les gustaría hacer, expresar, aprender y les motivo mucho al hacerles partícipes de otras experiencias de teatro con jóvenes de otros barrios y asentamientos, ante la posibilidad de intercambios con esos grupos y, sobre todo, ante la posibilidad de estrenarse en el barrio dentro de unas semanas con un pequeña obra. Les brillaban los ojos y las ideas les desbordaban. El próximo domingo hay Asamblea de la gente del barrio que es “desplazada” y que sigue luchando y organizándose para que se les respeten sus derechos de población desplazada y para seguir impulsando los procesos de retorno a sus pueblos de origen. A esa asamblea también acudirán compas de la ACA y de CODEHSEL y también de la Red Europea para ser testigos de las posibles presiones o malas actuaciones de los paramilitares.
Con el sol todavía calentando fuerte me despedí de esa sufrida y valerosa gente con el propósito de pasar toda esta información al resto de compas de la brigada, a la ACA y a CODEHSEL y a toda la gente que se pueda interesar por su futuro.  

EDORTA