Brigada Colombia Inprimatu
Brigada Colombia
2006/07/17
VISITA DE EDORTA AL MUNICIPIO DE SAN FRANCISCO LOS DÍAS 27 AL 30 DE JUNIO

Esos días acompañé a tres personas de la ACA (Anexo I) en su entrada al municipio de San Francisco (Anexo II). En el acompañamiento participaba también una persona de FOR, organización de EEUU que realiza acompañamientos a organizaciones colombianas de Derechos Humanos.

Aunque el inicio de la entrada estaba previsto para el día 26, por problemas de coordinación yo tuve que viajar y entrar solo a la zona. En el control que habitualmente realiza el ejército en el lugar llamado La Piñuela, se procedió al registro de todas las personas y de sus pertenencias sin que se diese ningún contratiempo especial. A pesar de la aparente normalidad con que se realizó el registro, la presencia de 4 tanques apuntando hacia el bus y a los pasajeros del mismo y la numerosa presencia de tropa en el lugar, reflejan que la situación de enfrentamiento que aun se vive en estas zonas no ha desaparecido y que el constante control de pasajeros y de mercancías que entran y salen desde San Francisco muestra la desconfianza que se tiene hacia la población.

Para entender la realidad de San Francisco hay que tener en cuenta que es un municipio muy castigado por la guerra, donde la presencia del ELN y las FARC durante años ha sido muy acusada, donde la entrada de los paramilitares junto al ejército han provocado la muerte de numerosas personas, la desaparición de muchas otras y el desplazamiento de buena parte de su población. Aunque las quejas de la gente se dirigen mayoritariamente a las violaciones de los derechos humanos realizadas por paracos y el ejército, la guerrilla también ha colaborado a la situación de temor y de inseguridad con diversos asesinatos que las comunidades del municipio no han entendido y más bien han criticado.

La última gran arremetida del ejército fue en el 2003 con la entonces llamada operación Marcial, que supuso la muerte de mucha gente y el éxodo de muchas más. Y ese miedo permanece ante los rumores que dicen que se está preparando otra gran operación en la zona, el llamado Plan Patriota III, que pretendería limpiar de población varios corredores para la realización de diversos proyectos económicos que beneficiarían, entre otras empresas, a Aguas de Barcelona.

El objetivo de los trabajos que la ACA iba a realizar durante esos días giraba sobre la idea de darles conocimientos y herramientas con las que mejorar su seguridad alimentaria, es decir, que en previsión de que lleguen tiempos peores, y si no llegan también, mostrarles cómo resistir a esas situaciones con lo que tienen en el campo, sin comprar químicos ni otros materiales costosos, produciendo alimento orgánico más natural, nutritivo y abundante.

A través de estos trabajos se busca fortalecer el tejido organizativo y comunitario donde ya existe algo y crearlo donde no lo haya. A través de estos trabajos, también se pretende darles pistas y elementos de análisis para que vayan descubriendo y asumiendo qué son los derechos humanos (los que normalmente se trabajan y los que no se suelen incluir como los de la salud, la educación, alimentación, vivienda,…) y, de paso, ir recopilando las violaciones que se están dando en esas comunidades, es decir, ir elaborando una especie de Memoria Histórica de todos lo sucedido.

Es necesario tener en cuenta que, hace un año, con la excusa de que había algunos cultivos de coca, fumigaron algunas zonas, arrasando con todos los cultivos y árboles de esos lugares, contaminando y quemando la tierra y los ríos y generando hambre, miedo e inseguridad.

Si a todo eso unimos el hecho del abandono histórico que sufren esas comunidades por parte del gobierno, entenderemos el valor de la organización y de lo comunitario para esta gente y entenderemos el porqué de su ligazón tan fuerte a la tierra pues es ella la que les da todo, el sustento y la vida y es también la que les da protección y una forma de vida más equilibrada y armoniosa con la naturaleza de la que se sienten parte integrante.

Cuando el bus, bien entrada la noche, llegó al municipio una persona de la ACA estaba esperándome con caballería para ir a la vereda de La Esperanza donde se estaban realizando distintas actividades desde el día 26. Fue un viaje hermoso y también complicado, pues aunque un cielo estrellado hermosísimo nos acompañaba y el caballo no necesitaba que se le guiase, pues conocía el camino con los ojos cerrados, el viajar prácticamente sin luz y por caminos estrechísimos y empinadísimos, le daba al mismo un halo de “aventura” y también exigía un jodido esfuerzo por mantener el equilibrio y no romperse la crisma por el camino. Pero llegamos enteros.

Al llegar a la comunidad se encontraban reunidas unas 25 personas de la misma con la ACA y con FOR haciendo balance de las actividades del día y tratando otras cuestiones. Me presentaron y me presenté, dando una breve explicación del sentido de nuestro acompañamiento y agradeciéndoles la oportunidad de poder compartir sus vivencias y experiencias.

Al término de la reunión nos distribuyeron por casas para la cena y la dormida. A mi me tocó en casa de doña Rosa donde pudimos compartir numerosos relatos de la situación de resistencia de la comunidad de la Esperanza, los problemas de seguridad con el ejército, paramilitares y guerrillas y sobre las ilusiones que los proyectos que estaba impulsando la ACA estaban generando entre la gente. Como dicen allá fue muy vacano y chévere.

La Esperanza es de las pocas comunidades que nunca se han desplazado, ni en los peores momentos. Han sabido, la mayoría, organizarse, resistir y mantenerse en el lugar. Lo cual les ha permitido tener una experiencia de apoyo y trabajo comunitario muy grande.

El día 28 estuvimos conociendo y participando en algunas de las prácticas agrícolas que se tenían previstas. Entre ellas la elaboración de terrazas o bancales para reforzar las inclinaciones de las casas, aprovechar los terrenos empinados y trabajar de forma más organizada y productiva.

Se hicieron los taludes, las terrazas, se plantó cebolla y cilantro todo con métodos naturales y con materiales orgánicos que tienen a su alrededor, sin ningún costo para las comunidades. Aprendieron y aprendimos a hacer mallas para proteger los terrenos, también cómo se hacen semilleros con tierra, abono de gallinácea y papel de periódico, etc. El contacto directo con la tierra, el amasarla, apretarla y regarla con el sudor me hizo sentirme parte de esa naturaleza que tan poco respetamos.

Se trabajó el hecho del compartir las experiencias dentro de la comunidad y con otras comunidades del entorno y les fueron mostrando las posibilidades del biodigestor, sistema que en algunas zonas se estaba implementando y que pronto podrían conocer, y que consiste en el uso de la boñiga y los orines de vaca y cerdo para generar gas para las casas, sobre todo para luz y cocina, y sin causar malos olores y reciclando residuos muy tóxicos y desagradables. En la próxima visita les mostrarán cómo se hace.

La ACA no entrega dinero, ni materiales, ni tierras ni nada material o económico, comparte conocimientos y acompaña a la gente en sus procesos organizativos, siempre que quieran y que den avances en esa línea. Por eso cada paso que se da requiere que la gente lo haya asumido y que sea la misma comunidad, o la parte de la comunidad que está impulsando esos proyectos, la que proponga darlo.

Durante toda la mañana se oían en la distancia el tronar de helicópteros patrullando por las veredas de los alrededores, más que para encontrar algo o a alguien, supongo que para mantener el nivel de tensión y de miedo entre la población. Al mediodía, a relativa baja altura, pasaron 4 cazas en formación que aunque no es algo inusual en esas comunidades, siempre genera una gran sensación de incertidumbre e inseguridad.

En otra práctica se examinaron plantas de cafetales y de plátanos con problemas de plagas y con poco crecimiento. Aprendieron a hacer frente a esos problemas con las numerosas plantas y forrajes que crecen en sus finquitas, desapareciendo o controlando las plagas y logrando abonos naturales y sin costo.

Por la tarde noche regresamos a San Francisco tras una empinada caminata de algo más de una hora muy agradable por las conversaciones que tuvimos con los campesinos de la zona y con la gente de la ACA y por la belleza de las montañas, valles y ríos por los que caminábamos.

San Francisco tiene una base de policía en el centro del pueblo y un batallón del ejército que se encuentra “encaletado”, es decir, escondido en los bosques de alrededor del municipio. La plaza principal está siempre controlada por policías fuertemente armados y en actitud de vigilancia y de control de la población, no precisamente de forma relajada, sino que más bien con el dedo en el gatillo. A mí por lo menos, no me daba mucha confianza y, aunque llevas puesta la camiseta de la Red Europea de Hermandad y Solidaridad con Colombia, percibes que no les agrada mucho tu presencia y sientes que sus ojos no pierden detalle de lo que haces y con quien hablas.

La ACA tiene hecho un trabajo muy grande y desde hace tiempo de relaciones públicas y sociales con diferentes agentes del municipio, tanto con la alcaldía (alcalde, personero, secretario técnico,…), con el párroco y las monjas del lugar (estas colaboran con el alojamiento y guarda de materiales) como con otras instituciones de apoyo a las comunidades de la Gobernación o de los Ministerios. Hay que cultivar la imagen de ayuda al campesino, pero sin perfil directo de trabajo derechos humanos. Esto garantiza aceptación de la gente y de las instituciones menos dispuestas a impulsar procesos comunitarios de autoorganización, es un aval para entrar en nuevas comunidades y, en caso, de conflicto con el ejército, la policía o los paracos un apoyo y una ayuda grande.

Supuestamente en esta zona se han desmovilizado unos 120-130 paramilitares y 35 permanecen constantemente en San Francisco en labores de control de la población residente y también de las entradas y salidas del campesinado de las veredas.

En el proceso de desmovilización de las Autodefensas Unidas de Colombia-AUC, es decir, los paramilitares, se supone que casi 35.000 se han desmovilizado, pero muchos de ellos no eran paracos, si no que miembros de bandas al servicio de las AUC, narcos o simples personas sin trabajo que se prestaban al juego por el aliciente del dinero, tierras y formación que iban a recibir. Muchos de los paras no se han desmovilizado y los que lo han hecho no han entregado ni todas sus armas, ni mucho menos las casas, vehículos y tierras que se robaron. Y siguen la mayoría vinculados al tráfico de coca, de armas, de robo de gasolina, de robo de vehículos de lujo, prostitución, contrabando y cobro de impuestos a comerciantes, empresarios y ciudadanos en general.

En esta zona el jefe paramilitar más importante es Ramón Isaza y el más famoso de sus lugartenientes es el llamado Mc Giver, yerno del propio Isaza y ambos tipos muy crueles y sin escrúpulos. Como están beneficiándose de la ley de desmovilización, de momento, se benefician de su no extradición a EEUU por narcos, no están en la cárcel y siguen con sus negocios como siempre. Están invirtiendo en diversos negocios, supuestamente en beneficio de la comunidad, pero en la práctica es para justificar sus grandes fortunas y tratar de ganarse una imagen favorable entre la población. Están construyendo una carretera nueva que una el municipio con la autopista Medellín-Bogotá, una casa de encuentro comunitaria controlada por los paracos,…

La situación en el municipio es muy difícil de diagnosticar, hay gente muy contraria a los paracos y al estado, pero que no habla por miedo, hay gente que apoya a los paracos o por lo menos no son contrarios, por que dice que ya no son los asesinos de antes y ahora trabajan para la comunidad, aunque algunos lo dicen así más bien porque es el discurso “políticamente correcto” de estos momentos. Hay gente que se “volteó” de la guerrilla a los paras (voluntariamente o para que no la matasen) y eso genera incertidumbre e inseguridad. Hay algunos paracos que quieren desligarse de ese mundo y no les dejan y hay bastante gente que ni si ni no, sino todo lo contrario. Y hay gente que apoya a Uribe, a pesar de haber sido víctima de su política represiva en la esperanza de que con su política se va a acabar la violencia.

Lo cierto es que casi todas las familias tienen muertos y desaparecidos, normalmente producidos por paracos y ejército y algunos por alguna de las dos insurgencias, dándose la circunstancia en algunas familias de tener hasta 5 familiares asesinados o desaparecidos (modalidad esta última muy utilizada últimamente para aparentar que ya no hay violencia, que ya no hay enfrentamientos ni muertes, que es época de paz,…) y algunas familias tienen víctimas producidas tanto por unos como por otros.

El sufrimiento está muy extendido y el miedo también. De ahí la importancia del trabajo de la ACA para reforzar el tejido comunitario, dándoles herramientas para analizar, debatir, consensuar y construir modelos más comunitarios, más humanos y de mayor armonía con su entorno natural y humano. Modelos que refuercen el tema de la seguridad alimentaria animal y humana y que también permitan recoger la memoria histórica de los casos sucedidos en las 41 veredas de San Francisco y que les permita en definitiva dotarse de capacidad para conocer, apoyar y desarrollar todos sus derechos humanos.

El día 29 y 30 estuvimos trabajando con diversos colectivos de desplazados organizados en el municipio. El grupo con el que se trabajó mayoritariamente fue el de la Solidaridad, grupo de ancianos y ancianas muy “pilosas” y con condiciones de vida bastante precarias. También participaron algunos miembros de otros colectivos que van más avanzados en su desarrollo como los de la Aldea el Jardín, Los Optimistas (grupo de jóvenes) y algún otro más.

El trabajo consistía en unas prácticas para limpiar el lote del grupo de la Solidaridad muy en cuesta, aprovechar toda la maleza como abono orgánico, construir terrazas que faciliten el trabajo, genere cultivos más sanos y productivos y muestre cómo el trabajo en colectivo es más fácil, rentable y humanamente más enriquecedor.

Se partió de conocer sus prácticas de cultivo, siembra, remedios para las plagas, etc. Se señaló lo excelente de sus prácticas y se les propuso realizar algunas mejoras a sus métodos. Por ejemplo, se les enseñó a construir un “agronivel”, herramienta empleada por los indígenas de Machu Pichu y que ayuda a construir las terrazas de una forma fácil, sin costo y con aspectos de tecnología avanzada.

Durante los dos días estuvieron trabajando y aprendiendo unas 40 personas con mucho entusiasmo y con ganas de aprender, compartir y mejorar. Muchas personas piensan retornar a sus veredas durante el año y quieren llevar esos conocimientos a las personas que se encuentran en ellas. El compartir casa, cultivos, tierras, experiencias y conocimientos es una constante en mucha de las personas presentes y a partir de esas experiencias se busca que otras menos acostumbradas a esa forma de trabajar y compartir vean lo interesante de ese trabajar de forma comunitaria. Es un trabajo lento, pero que parece va calando poco a poco.

Se les enseñó como plantar las cebollas, limoncillo y demás hortalizas de forma más natural y con mayor rendimiento, cómo plantar algunas a la par, de forma que se beneficien en su crecimiento, cuáles son más apropiadas para cada época del año, cómo aprovechar los residuos de los animales para fortalecer las plantas, cómo mejorar las semillas y, sobre todo, conocer las propiedades y funciones de las plantas que supuestamente se ven como malas hierbas y que se pueden utilizar como fumigidas y antiplagas y como abonos de alta calidad. Y como siempre, resaltando que no necesitan comprar nada, que todo lo tienen en la naturaleza y a la mano.

Todas las explicaciones, preguntas y prácticas transcurren en un ambiente de alegría y muy festivo. Nuestra presencia, dicen, les da ánimo y tranquilidad para seguir en el proceso organizativo. Nos animan a seguir acompañándoles, comparten sus dolores y sus esperanzas con nosotr@s y nos señalan que es una gran alegría tener la oportunidad de mejorar sus conocimientos y de poder extenderlos a otras veredas y a otras personas. Como en múltiples ocasiones anteriores nos ganan el corazón fácilmente y nos proporcionan más riqueza humana que lo poco que desde el acompañamiento podemos aportar.

Al acabar los dos días de duro trabajo (para ell@s no tanto, pero para mí bastante tanto por el fuerte calor que nos acompañaba como por lo costoso del trabajo físico que había que realizar, junto a mi ignorancia en muchos temas) se construyeron tres terrazas hermosísimas de unos 30 metros de largo y se les dejaron marcadas otras dos. En una de las terrazas se plantó cebollas y en los taludes limoncillo, para reforzar el talud, como fruto muy refrescante y lleno de vitaminas y muy útil para limpiarse los diente con trocitos de su tronco. En la segunda se aprovecharon 4 plátanos ya existentes y plantarán más plátanos los próximos días con el limoncillo sembrado también en el talud y la tercera se dejó dispuesta para plantar lo que decidan. Las tres estaban cubiertas por el abono de la maleza arrancada. Con ello garantizan que no salgan malas hierbas, mantienen la humedad de la tierra y la abonan por mucho tiempo. Dentro de unos días la abonarán con abono de gallinácea y es posible que otra gente de la Red les acompañe por esos días.

Regresamos a Medellín y en el descenso hasta el cruce de la Piñuela nos encontramos con bastantes grupos de soldados patrullando por esa carretera. En la Piñuela nos hicieron salir para registrar el bus, pero sin que esta vez nos registraran.

ANEXO I: ACA-ASOCIACIÓN CAMPESINA DE ANTIOQUIA

La Asociación Campesina de Antioquia, ACA, es una organización sin ánimo de lucro constituida en 1994 y está articulada a plataformas y redes colombianas e internacionales. Se dedica a la orientación, apoyo y acompañamiento de los procesos organizativos de base de las comunidades campesinas y, especialmente, a las comunidades campesinas en condición de desplazamiento forzado. a través de programas y proyectos de formación, investigación y organización en diferentes áreas de intervención. Buscan la reconstrucción del tejido social bajo una perspectiva propia de bienestar y con una atención integral.

Sus Programas pretenden:

1-La promoción, difusión y defensa de los DDHH. Generar espacios de reflexión, unificar criterios y coordinar acciones conjuntas con distintas organizaciones sociales, redes de DDHH del orden nacional e internacional con el propósito de incidir, junto con las comunidades campesinas y desplazadas en la exigencia, respeto y cumplimiento integral de los DDHH.

2-Organización y articulación. Contribuir a la generación de capacidades en liderazgo colectivo, impulsando escuelas y redes que dinamicen los procesos organizativos y logren trascender en acciones y propuestas, que transformen su realidad de manera sostenida y autónoma.

3-Salud preventiva y alternativa. Promover la recuperación de practicas tradicionales de las comunidades campesinas y el fortalecimiento de las iniciativas locales para la atención en salud, mediante la capacitación en autocuidado, prevención y salud mental, propiciando acciones y estrategias colectivas, que reivindiquen sus derechos y mejoren su hábitat desde una perspectiva integral.

4-Recreación, cultura y deporte. Propiciar el rescate de su memoria histórica y cultural, a través de la conformación de grupos artísticos, la ejecución de agendas para la promoción del arte, el buen uso del tiempo libre y la generación de espacios comunitarios de encuentro, con el fin de lograr el reconocimiento y valoración de las tradiciones propias y el rescate de su identidad.

5-Economía solidaria y de resistencia. Desarrollar iniciativas autogestionarias y solidarias, mediante el impulso de propuestas productivas comunitarias, redes de intercambio productivo y servicios y el impulso de proyectos de producción agro-ecológica, para la generación de alimentos, recursos económicos y otras alternativas, orientadas al fortalecimiento de la soberanía alimentaria como estrategia de resistencia para las comunidades campesinas desplazadas y en riesgo de desplazamiento forzado.

6-Fortalecimiento organizacional. Impulsar el fortalecimiento interno de la ACA, mediante el desarrollo continuo de las estrategias de formación, organización, investigación y comunicación; así como el ajuste de los procesos de planeación y administración, orientados a consolidar la identidad, pertenencia y compromiso de sus miembros y posicionarse como actor idóneo en los espacios de discusión y decisión en lo concerniente a políticas de lo público frente a inversión social, reforma agraria, restablecimiento socioeconómico y retorno.

EN LA ACTUALIDAD LA ACA DESARROLLA LOS SIGUIENTES ACTIVIDADES:

-Participa en el grupo de apoyo a la población desplazada en la ciudad de Medellín.

-Hace parte del Colectivo de Derechos Humanos Semillas de Libertad CODEHSEL y del Colectivo de Investigación del Proyecto “Nunca Mas” que indaga por la recuperación de la memoria histórica de los crímenes de lesa humanidad y

-Acompaña grupos de mujeres, niños y jóvenes tanto en los municipios como en los asentamientos donde hay desplazados por la violencia política.

-Acompaña procesos de retorno o de reubicación de los desplazados.

-Hace parte de la Red Europea  de Hermandad y Solidaridad con Colombia.

-Desarrolla un trabajo de intervención directa en el Oriente Antioqueño en los municipios de San Vicente y San Francisco.

Mail: Helbide elektroniko hau spam bot-en aurka babesturik dago. Beharrezkoa duzu Javascript gaitzea ikusi ahal izateko Esta dirección electrónica esta protegida contra spam bots. Necesita activar JavaScript para visualizarla    Web: www.acantioquia.org

ANEXO II: SAN FRANCISCO

El municipio de San Francisco se sitúa en el oriente del departamento de Antioquia a 1.250 m. de altura. Es una zona muy montañosa con cumbres de hasta 2.200 metros y donde el conflicto social y armado ha afectado a la mayoría de sus habitantes, lo cual ha producido que la dinámica social y organizativa esté muy afectada.

San Francisco está dividido en 41 veredas. Debido a los numerosos desplazamientos que se han dado y a la dificultad de saber cuantas familias han retornado es difícil saber la población exacta que reside actualmente en el mismo, pero estará en torno a los 5.700 habitantes.

Aunque la principal actividad económica es la agrícola, apenas reciben ningún tipo de ayuda o asesoramiento por entidades gubernamentales. Los principales cultivos son los de maíz, yuca, plátano, cebolla, coles, frutales, pollos, gallinas, cerdos y algunas familias cuentan con su vaca lechera. 

San Francisco se ve influenciado por la construcción de la vía Medellín-Bogotá entre 1980 y 1986. Para esta época ha cambiado completamente el modo de comunicarse y de intercambio comercial. Se promueve la construcción de dos vías de penetración, la que se desprende de la autopista en el sitio de la Piñuela hasta la cabecera Municipal de San Francisco y la que igualmente se desprende de este corredor vial de Aquitania. Por esta razón los pobladores de Aquitania dejan entonces de acudir a San Francisco por otros servicios; este territorio históricamente aislado y con baja significación económica, social y política para su propia región, quedó a partir de la década de los ochenta al lado de una de las principales arterias viales nacionales, acarreando una innegable ruptura histórica dentro de su conformación territorial.

En los últimos años el corredor de la vía Medellín-Bogotá ha sido un importante escenario del conflicto armado que vive el país, con continuos enfrentamientos y eventos violentos. Por tal motivo esta vía se ha visto cada vez menos transitada y los centros poblados asentados en su área de influencia presentan una disminución notoria en sus medios de subsistencia.

En esta zona el conflicto social y armado, ha generado una grave crisis de Derechos Humanos, que se refleja en la vulneración total de los derechos fundamentales a que tiene derecho las comunidades. Es así como el desplazamiento forzado se convierte en una manifestación evidente de esta crisis humanitaria, si se tiene en cuenta que este municipio contaba para el 2003 con una población de 10.328 habitantes. Para el año 2005 la población es de 5.772 personas.

Uno de los hechos mas relevantes para que en la zona se presentara un desplazamiento masivo, que agudizó la situación de DDHH, fue la realización de la operación Marcial, llevada a cabo a mediados del 2003 por la cuarta brigada del batallón Juan del Corral con sede en Rionegro. El objetivo de la operación era desalojar de estos territorios a las fuerzas insurgentes de las FARC y el ELN que hacían presencia en este y otros municipios del Oriente Antioqueño.

Esto agudiza aún más la crisis humanitaria, ya que en la actualidad más del 70% de sus veredas se encuentran desalojadas. Dentro de las estrategias que han utilizado los actores del conflicto, se tiene el minado las vías que conducen hacía las veredas, las cuales han generado muertes, mutilaciones y temor de la población para el retorno a sus parcelas.

De acuerdo a la situación general del municipio en materia de derechos humanos, el ejercito se encuentra haciendo presencia permanente en la zona. Desde la  IV Brigada se vienen realizando controles para el ingreso y salida de toda persona o institución que haga a nivel de la región.

Igualmente, y pese al proceso de “desmovilización” de los grupos paramilitares que se esta generando por parte del Estado, la presencia de los desmovilizados en el casco urbano, con una relación permanente con las autoridades de control público, generan miedo, inseguridad y escepticismo en las comunidades no solo para su desplazamiento hacia el casco urbano, sino además para propiciar la organización comunitaria.

El conflicto social y armado ha afectado inmensamente la vida de las comunidades, esto se hace palpable a la hora de realizar la intervención, ya que encontramos, en primer lugar, unas comunidades que han resistido los embates del conflicto, y que continúan resistiéndose a ser desplazadas, porque el arraigo por su territorio los hace vivir y continuar unidos. También se tienen comunidades que han sido desplazadas, y que su retorno se ve cada día mas lejano, no porque no lo quieren, sino, porque la realidad a la que se ven abocados no lo permite, ya que la mayoría de sus territorios se encuentran minados, y con presencia permanente de grupos armados, donde hoy al parecer son territorios destinados al establecimiento de cultivos de uso ilícito.

LA ESPERANZA: cuenta con aproximadamente 22 familias y se encuentra de la cabecera municipal a unos 40 minutos caminando. Estas so algunas de las frases que reflejan el sufrimiento que han pasado:

- “Ha esta vereda si nos ha tocado pasar susticos, pero los hemos resistido”

-“…Unas balaceras por encima de uno, y uno metido debajo de la cama, pensando que ya iba a ser el fin del mundo”

-“Yo hace mas de 18 años que vivo acá, y siempre nos ha tocado votar lo que trabajamos, porque para el campesinos las cosas son así”

-“La gente saca poco porque ya se ha aburrido de regalar las cosas, tanto que no alcaza ni para mercar.”

-“Donde hubiera un transporte seguro y quien valorara el trabajo de los campesinos y los productos, todo fuera diferente”.

La Esperanzaq es una comunidad que a pesar del conflicto armado, continua resistiendo y desarrollando procesos a nivel social que permiten fortalecer la comunidad. Se caracteriza por el arraigo por su territorio y por la unidad al interior de las familias y el querer aprender nuevas innovaciones que permitan mejorar aún más, sus procesos productivos y de comercialización de excedentes. Así mismo, se reclama presencia y apoyo a nivel de la Administración Municipal en la vereda, con los diferentes programas de apoyo.

GRUPO DE LA SOLIDARIDAD: Barrio Obrero

Esta conformado por 35 personas en su mayoría mujeres, muchas de ellas viudas de la guerra. Con estas personas, se pretende desarrollar un apoyo al establecimiento de huertos de pan coger con insumos locales (orgánicos), para mejorar la calidad de la alimentación de todas estas familias. Para ello se cuenta con un lote de media hectárea en el cual se desarrollaran todas las actividades productivas.