Komite Internazionalistak

Como no puede ser de otra  forma, nuestra primera parada al llegar a México fue el Zócalo del D.F., escaparate y termómetro de las luchas del país. Así, allí pudimos compartir algunos momentos con lxs trabajadorxs del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) que permanecían allí desde el 25 de abril cuando comenzaron una huelga de hambre escalonada para protestar contra el decreto del gobierno de Felipe Calderón que siguiendo su política de privatizaciones, desmanteló la empresa Luz y Fuerza del Centro (LFC). Con esta medida, pretendía a la vez acabar con el SME, que ha sido tradicionalmente una de las principales centrales sindicales del país.

44000 fueron lxs trabajadorxs que de la noche a la mañana vieron perder su empleo siendo su principal demanda la recontratación de todxs ellxs en otra empresa, ya que aseguran que hay carga de trabajo para todxs.

Durante esos primeros días en el D.F. hemos podido compartir con ellxs los últimos momentos del plantón ya que fuimos testigos de cómo éste se levantó en la madrugada del jueves al viernes de la semana pasada al llegarse a un principio de acuerdo entre representantes del gobierno y del SME. Las razones que posibilitaron el levantamiento del plantón fueron por una parte el reconocimiento del Comité Central del SME como interlocutor válido (hecho que hasta la fecha no se daba, ya que con el desmantelamiento de la empresa se forzó la desaparición del sindicato) y en segundo lugar, el comienzo del diálogo formal con el gobierno, mediante la instauración de una "mesa de alto nivel" que solucione la reinserción laboral de todxs lxs trabajadorxs.

Se dió así fin a una larga protesta en la que los dos trabajadores que más tiempo llevaban en la huelga de hambre, contaban en el momento de terminarse la misma, 89 y 85 días. Este hecho y la determinación que mostraron lxs trabajodorxs, ha posibilitado que lxs acampadxs en el Zócalo durante los últimos meses hayan recibido el apoyo y la solidaridad tanto de numerosas organizaciones mexicanas como de otras tantas provenientes de otros pueblos.

Por su parte tanto el SME como los diferentes sectores que durante estos meses se han solidarizado con su lucha, son conscientes de que esto no es ni mucho menos el final de la misma, ya que de sobra conocen que no pueden dar carta blanca a un gobierno que tiene como principal objetivo desactivar el movimiento que durante estos últimios meses ha logrado plantarle cara y que la perseverancia en sus demandas y la unión de las mismas a las luchas de otros sectores sociales deberán ser los dos pilares en la nueva etapa de lucha a la que se enfrentan.