Komite Internazionalistak

Ayer por la tarde, en la misma ciudad de Montero en la que estuvimos con los miembros del MST-Bolivia, también intercambiamos experiencias con los responsables de la Central Departamental de Trabajadores Asalariados del Campo (CDTAC). Su oficina está ubicada en una especie de almacen (por llamarlo de alguna manera) que además sirve de albergue a numerosas personas que trabajan en el campo y cuyo salario no les llega ni tan siquiera para vivir. Colchones tirados en el suelo entre los que juegan niños y niñas que nos miran extrañados... hombres y mujeres que aportan lo que pueden para que el proyecto pueda salir adelante.

Los trabajadores asalariados del campo están organizados desde el año 2001. Siempre han vivido supeditados al latifundio y mientras son contratados en condiciones inhumanas, pelean para que les sean reconocidos los derechos laborales, para que sean reconocidos todos los días que han estado trabajando una tierra que por ley les pertenece y para que unos derechos tan básicos como son el acceso gratuito a la sanidad y la jubilación les sean dados. Desde que los trabajadores asalariados del campo se han organizado, han establecido una unidad estratégica con el MST de Bolivia. Nos cuentan que hasta ahora ha sido el trabajo el que ha seleccionado a los hombres, ya que para los terratenientes los ancianos no producen y como consecuencia de ello no les contratan para trabajar el campo. Así, son los jóvenes los que se ven obligados a trabajar de 14 a 18 horas diarias, incluso en época de siembra llegan a trabajar hasta 48 horas seguidas. Por supuesto, las mujeres también sufren estos abusos de los terratenientes, la mayoría se levanta a las cuatro de la mañana para ir a trabajar como cocineras a los campos.

Ahora, con el gobierno de Evo Morales están seguros de que vienen vientos de cambio, con voz firme nos dicen que ya no les van a ganar. Tienen una gran esperanza en la nueva Constitución que marcará otro rumbo en la historia de Bolivia porque serán ell@s, l@s ciudadan@s, l@s que hasta ahora habían estado excluidos, l@s que marquen las pautas a la hora de escribir esta nueva constitución. Desde luego, para tod@s ell@s, tanto para el MST, como para los trabajadores asalariados del campo, la Constituyente va a ser la útima oportunidad que van a dar a la oligarquía boliviana para conseguir un pacto social.

"Hay que luchar por tener algo, luchar sabiendo a donde se va". Ell@s, desde luego hace mucho que encontraron su camino.

Muxuak eta ondo izan,

KI Bolivia.