Komite Internazionalistak

El día comenzó con un desfile, donde militares resplandecientes y peripuestos se mezclaban con humildes campesinos que no tenían más que su manta-saco echada al hombro.  Las calles que rodeaban a la plaza 25 de Mayo, donde están la Casa de la libertad, donde hace 181 años se proclamaba la independencia, se llenaban de cientos de grupos de todo el país. 

 Nosotr@s, después de varios días de reuniones y tiempos compartidos, decidimos conjuntamente que nos gustaría estar con las gentes del MST. La verdad que eso de hacer parte de un desfile no nos atraía demasiado, pero el estar en medio de todo aquello, hacer parte de la ilusión, saludar a este proceso constituyente con esperanza hacía superar nuestras reticencias.  Además era la primera vez que el MST de Bolivia marchaba de una forma conjunta y con representación de la mayoría de sus departamentales y se les notaba la ilusión y queríamos compartir.

 Horas y horas de espera que finalmente se tradujeron en unos minutos de emoción. Pasar por frente de un montón de gente que te preguntaba de donde éramos y a la que le hacía ilusión que haya gente de fuera participando y apoyando el proceso, pasar por frente de Evo Morales, encontrar a gente que conoce la ikurriña  y nos grita con ánimos, todo acabó siendo muy emocionante. Después del desfile-pasacalles nos fuimos al estadio de fútbol.

 Partido entre el equipo presidencial, en el que jugaba Evo Morales y un equipo de Chiqusaca, provincia cuya capital es Sucre. Fútbol pachanga que estuvo animando y un pelín amañando para que el equipo del presidente acabara ganando 5-0. Finalizado el partido, 90 minutos que se metió entre pecho y espalda el Evo, comenzó un concierto combinándose diferentes grupos en el escenario con el desfile de decenas de grupos de folklore de las muchos grupos étnicos de este país, que desfilaban por la pista. Especialmente emocionante fue para la gente la actuación del cantautor Enrique Jurado, que también es electo para la Asamblea Constituyente y cuyas canciones fueron coreadas por todo el estadio. El presidente también estuvo presente y bailando cuando le invitaron. Toda la celebración acabó con el lanzamiento de fuegos artificiales.  

Sabemos que esta celebración tuvo mucho de folklórico y que para el verdadero cambio de este país hace falta cambiar muchas cosas de raíz y trabajar mucho para derrumbar actuales figuras de poder, pero dentro de esta celebración y este folklore hay pequeñas cosas que te hace ser esperanzador: ver al ejército al servicio de las diferentes grupos de campesinos e indígenas, que los grupos y colectivos que siguen en la actualidad en la lucha (mineros, MST…) participen en esto, te hace por lo menos ser un poco confiados en el proceso. Conocemos las críticas y dudas que hay instaladas en muchos movimientos sociales y colectivos sobre este proceso, pero ellos también tienen abierta una pequeña ventana de esperanza.