Komite Internazionalistak

De la Milton Santos nos dirigimos a Porecatú para conocer el primer acampamento, “Herdeiros da luta de Porecatú”, y pasar de la teoría al trabajo de campo.

Hoy en día son más de 300 familias acampadas y esperan llegar a 1 500. Tienen una escuela itinirante y espacios colectivos como el boteco (bar).

Nos alojamos en el barraco de Cláudia, una de las dirigentes del acampamento. Enseguida nos sorprende lo acogedor que es y las comodidades que tienen. ¡6 años dan para mucho! Sin embargo, algunos de los moradores más recientes aún no disponen de luz.

Visitamos otros acampamentos de la zona acompañadxs por Gil, coordinador de una de las brigadas y Silvia, del Sector de Educación.

Durante el recorrido nos llama la atención la ausencia de mujeres en los bares. Más tarde compartimos unas cervezas con Silvia y aprovechamos para ahondar en la cuestión de género. Nos confesó que en la práctica los bares son lugares para hombres, a pesar de que la visibilización de la mujer es, en teoría, unos de los pilares del MST. Queda mucho por hacer…

Otro aspecto a remarcar es la competencia entre los diferentes movimientos por la tierra. Algunos acampamentos de Porecatú son para masificar, pues la tierra ocupada, de la empresa ATALA, asciende a 40 000 hectáreas. Otros son estratégicos. Se trata de acampamentos formados por un pequeño grupo de familias con el objetivo de asegurar que no los ocupen otros movimientos como Bandeira Branca o MASTER, movimientos de ocupación de tierras pero sin objetivo de transformación social.

Con esta interesante visita a nuestro primer acampamento empezamos a desgranar la teoría recibida en la Florestan, contrastada con la práctica del día a día de los Sin Tierra.